miércoles, 7 de noviembre de 2018

Mi calma

Presencié el poder de mis palabras,
que con la verdad de mi sentimiento
escribí sin titubear en nada.

Mi felicidad, que aún generas,
ilumina mi gesto esta tarde,
gracias a la sonrisa
que no me negaste,
y a tu cercanía fragante.

Esos nervios anudados en mi vientre,
el miedo calando por mis huesos,
la vergüenza pintando mi rostro
de un tono carmesí, iguales partes
tímido e incómodo...

...Se esfumó en un instante
de neblina aúrea matizada de ensueño;
ese instante glorioso en que me miraste.

Después de creer
que ya no querrías verme,
saber que aún me escuchabas
y que mi presencia no te molestaba,
me ahogó el alivio inmenso
de que todo estuviera en calma.

Por un momento temí haber perdido
ese poco de sentido
que a mi vida le quedaba...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario