jueves, 14 de marzo de 2019

Último pensamiento de cada noche,
primer pensamiento de cada día;
ceruleo sueño, tú me perseguiste
desde la madrugada misma.

Usé todas mis fuerzas
para no saltar ante ti,
con todo mi poder
contuve mi ser,
e intenté no observarte
aunque terriblemente fallé.

Temiendo, mi ilusión azúl,
causarte incomodidad,
evité hablarte sin necesidad;
mas por dentro me quemaban
el deseo de contemplarte
y esa conversación pendiente.

Fantasía mía, de uñas rojas,
cabello revuelto, y triste semblante;
sigues dándome sin querer
aquello que necesito: sonrisas
que no tengo, que en mí
revolotean impacientes.

Desean al menos lograr verte,
aunque sea desde lejos sin
molestar; a ti que nos motivas
a vivir y disfrutar...