Es así...
Me cuesta describir
el efecto que tienes en mí.
Tu presencia me afecta
y tu ausencia aún más.
Ver tu sonrisa apaga mi cerebro,
Y recordarla espanta la depresión.
Oírte es un deleite,
pero soñarte...
No tiene comparación.
Tu simple existencia es todo un regalo,
haberte conocido el mayor honor,
me haces temblar,
me inspiras e incentivas,
incluso logras que sonría;
en tres palabras: eres mágia pura.
No, las palabras no alcanzan.
Mi corazón no da abasto,
todas estas sensaciones
son demasiado.
Los sentimientos que antes no había experimentado,
no han madurado lo suficiente
y me convierten en una niña otra vez.
Mi interior es un descontrol,
yo soy un descontrol...
No te merezco.
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