Te caí de improviso
pero igual me recibiste…
Con tu saco de ceniza,
me acogiste, y de tu cajón de sastre
extrajiste una sonrisa.
pero igual me recibiste…
Con tu saco de ceniza,
me acogiste, y de tu cajón de sastre
extrajiste una sonrisa.
No era la de siempre,
no era una cálida, ni divertida,
no era una triste, ni esa tímida escurridiza;
era una comprensiva.
no era una cálida, ni divertida,
no era una triste, ni esa tímida escurridiza;
era una comprensiva.
Fue como si tu aura abrazara a la mía;
simplemente ahuyentaste la angustia
reemplazándola por seguridad tranquila.
simplemente ahuyentaste la angustia
reemplazándola por seguridad tranquila.
Soy otro manojo de nervios
que olvidar en el cajón desastre,
pero vale la pena
por lo bien que me hace hablarte.
que olvidar en el cajón desastre,
pero vale la pena
por lo bien que me hace hablarte.
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