Te veo en todos lados.
A donde quiera que mire,
mi anhelo por encontrarte
te materializa.
Un fantasma siempre presente;
en multitudes, calles, trenes,
en cada lugar al que voy,
solo quiero verte.
Mi imaginación crea tu imagen,
y en el primer lugar que puede,
al paisaje te añade
aun si es imposible que te encuentre.
Y sin importar que sepa
que no te encuentras donde siempre,
me demoro un momento observando,
esperando, que quizás cruces esa puerta
y al menos pueda saludarte.
Porque tu mirada
es mi mayor medicina,
es la cura de mis pesares,
el remedio que necesito
todos los días...
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